sábado, 17 de octubre de 2009


Hoy me descubrí sonriendo junto al espejo. Se que no debo hacer ese tipo de cosas, pero tu recuerdo fue más fuerte que mi voluntad. Estaba lavándome la cara, estaba despeinada, descalza y algo dormida aun. Me lavé la cara y después de secarme mi mire y sonreí. De pronto te recordé, aquel día en el parque. Me dolían mucho los pies, estaba cansada y llevábamos unas horas caminado por la calles de la ciudad. Te empeñastes en mostrarme todo cuando había. Fue una de nuestras primeras salidas, quería estar preciosa, aquel día me probé todo el armario, quería sorprenderte y como toda mujer nerviosa y muy interesada por un hombre, escogí los peores zapatos del mundo, de cuanto tenía el más incomodo. Esa tarde recordé porque no me los ponía, he incluso pretendí tirarlos, no se porque aun los conservo. Nos sentamos en unos de los bancos verdes del parque mientras mirábamos a los niños jugar y tras unos minutos decidistes romper el silencio. -¿qué me escondes? -¡¿YO?! -Si tu -Nada que iba a esconder -Déjeme ver... Sujetastes mi cara con tus manos y sentí que el corazón me iba a explotar de lo rápido que latía, comencé a sentirme nerviosa, te quites las manos y mire para otro lado -Estas tonto -Si tonto, pero ya descubrí lo que ocultas Ah! sí, y que es lo que escondo -Un ángel, tienes escondido en tus ojos a un ángel Me eche a reír, nadie me había dicho algo así, y en estos tiempo ese tipo de romanticismo no existe, es una cursilería sacada de una película. Sin embargo me encanto. Después quisistes besarme y no me pareció correcto delante de todos esos niños. Que tonta, deje escapar el momento mágico que habías creado para mi, me cuesta trabajo pensar que puede cometer ese error. Aun no entiendo como podía estar tan asustada, si, asustada, estropee ese momento por miedo. Y ya ves hoy estoy frente al espejo recordando ese momento, intentado revivir lo una vez más para besarte, para evitarte ese rechazo, para saborear una vez más tus besos. Aun te siento demasiado cerca para dejarte ir.

A VER POR DONDE SALE ESTO


En que momento comenzó nuestra historia, no lo recuerdo. Entonces como comienzo a contar el inicio, los principios son fáciles, lo difícil es vivir el final.
Tal vez la casualidad nos trajo a este momento, a este preciso momento en que puedo imaginar tus ojos mirando al horizonte, perdiéndote en la más absoluta soledad, buscando un camino lleno de sueño y esperanzas que hoy no logras encontrar.
Así te imagino, ahora que no estas aquí. Tal vez fue la casualidad o el destino. ¿Deberíamos dejar a ellos contar lo que sucedió para que nuestros caminos se cruzaran o debería ser yo?
Tal vez las situaciones que volvamos a vivir solos nos traiga el recuerdo de lo que una vez vivimos juntos. Aun puedo sentir como me miras, te siento tan cerca que casi puedo tocarte, ¿me pregunto si tu sentirás lo mismo? Ahora que lo pienso debí comenzar a escribir un diario, tendrías todas y cada una de mis historias juntas, eso podría ayudarme a reflexionar en todos los errores que cometí y recordarme lo poco que hice bien.
Imagina una vida en unas cuantas paginas de papel, es curioso cuanto se asemeja a una persona.
El papel se quema y se destruye quedando solo cenizas, a nosotros nos pasa lo mismo, de ello se encarga el tiempo.
El tiempo, el que lo cura todo, el que hace olvidar y recordar, el que hace de ti lo que eres y no deja pasar por alto lo que fuiste, cuanta responsabilidad para algo tan simple.
Y ahora estoy aquí intentando hacerme aliada de el, para robarle un solo recuerdo que me haga escribir el inicio de lo que ahora es un final, de los errores y aciertos de lo que una vez fuimos y no volveremos a ser.
Ahí quien solo preguntara quien tuvo la culpa , quienes preguntaran el motivo de por qué lo echamos todo a perder, dirán que era mágico lo que compartimos.
Pero ni tu ni yo sabremos nunca el momento exacto en el que todo acabo, sólo el momento exacto de cuando lo descubrimos. que triste pensar que no tenemos nada que contarnos, que solo puedo hallarte en mi mente, buscando ese camino que jamar volverás a recorrer, ese camino que te vio crecer, ese camino se hizo tan pequeño que ni tu ni yo volveremos a ver.
Quizás lo que trato de ver no ES a ti buscando ese camino, tal vez lo que pretendo es ver el mio.